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El olfato canino
El olfato, es uno de los principales sentidos con que el perro descubre el mundo, siendo el que más tienen más desarrollado.
No es de extrañar, por lo tanto, que los perros se hayan convertido en el pilar fundamental de muchos equipos de rescate y detección de drogas. Su particular anatomía les proporciona una sensibilidad especial que les permite, por ejemplo, descubrir a los supervivientes de un terremoto enterrados bajo doce metros de escombros, o detectar enfermedades como el cáncer o la diabetes.
En el caso del cáncer según estudios publicados por la revista DVM News Magazine un grupo de investigadores ha podido demostrar que, a través del olfato, unos perros adiestrados consiguieron reconocer el cáncer de próstata en la orina humana.
En caso de pacientes con diabetes también se han hecho estudios y se ha visto que son de gran ayuda porque pueden saber cuándo un paciente está a punto de tener un ataque hipoglucémico (bajada de azúcar en la sangre) incluso antes que él mismo.
Los olores orientan, identifican y comunican
El cerebro canino es dominado principalmente por su corteza olfativa. Mientras hay olores que para el ser humano pasan desapercibidos, el perro los detecta fácilmente. Los olores, ayudan a los perros a orientarse y comunicarse pudiendo incluso a través de ellos, percibir el estado de ánimo de una persona.
Un perro llega a reconocer personas y cosas a través de su olfato. Por esta razón si le tiramos un palo o una pelota a una zona llena de objetos iguales, sabrá reconocer el objeto que le hemos lanzado sin ningún problema, guiado por nuestro olor que quedó adherido cuando lo tomamos en nuestras manos para lanzarlo.
El bulbo olfativo de los perros, en proporción al tamaño total del cerebro, es unas cuarenta veces mayor que el de los seres humanos. A modo de ejemplo, podemos señalar que el hombre posee alrededor de cinco millones de células olfatorias en su cavidad nasal mientras que los perros poseen aproximadamente 220 millones de células sensibles al olor, con casos extremos en razas como el Bloodhound, que tiene aproximadamente unas increíble cantidad de 300 millones de células olfativas.
Es importante mencionar que los perros son capaces de individualizar a diferentes personas, sean parientes o no; sólo han mostrado algunos problemas a la hora de diferenciar gemelos. Esta gran capacidad olfatoria es utilizada por los perros como medio de comunicación, ya que gracias a ella pueden identificar su propio territorio, reconocerse individualmente unos a otros, detectar una hembra en celo y mucho más.