07
junio

El parto canino: ¿qué debo esperar si mi perra da a luz?

Durante el parto canino, aparecen muchas preguntas sobre la mejor forma de proceder para ayudar a la madre. Por esta razón, creemos que es mejor estar informados sobre lo que ocurre con nuestra perrita durante el parto y qué debemos hacer.

El embarazo o preñez en las perras tiene una duración aproximada de 63 días. Sin embargo, las razas pequeñas pueden dar a luz a sus crías en menos tiempo que las razas grandes.

Asimismo, dos semanas antes de la fecha estimada de parto debes comenzar a tomar muestras de temperatura de la perra en horas cercanas al mediodía. Para ello, debes conseguir un termómetro rectal u oral.  El modo más sencillo y recomendable es realizarlo por vía rectal, para esto, deberás lubricarlo con vaselina e insertarlo unos 2,5 cm, luego, déjalo actuar durante tres minutos.

La temperatura normal de un perro debe es entre 38,3 y 38, 8 ºC. Si la temperatura de la mascota baja por debajo de  los 37,5 ºC es un indicio de que el parto se producirá en las 48 horas siguientes.

El período de parto desde que inicia hasta da a luz a las crías puede durar de 12 a 24 horas, o incluso extenderse hasta 36 horas en el caso de que sean primerizas.

 

 

¿Qué esperar durante el parto canino? 


1. Primera etapa

Durante la primera etapa del parto, el cuello uterino comienza a dilatarse y comienzan las contracciones uterinas. Éstas no son tan fáciles de ver como en los humanos. Dichas contracciones resultan muy dolorosas y desconcertantes para la perra, por lo se mostrará bastante incómoda e inquieta. Incluso puede comenzar a temblar y jadear, escarbar en el piso y lamerse la vulva a menudo.

 

 

Esta es la etapa más larga del trabajo de parto. Por lo general, dura de seis a dieciocho horas. Al final de este período el cuello del útero estará completamente dilatado para dar paso a los cachorros.

En esta fase es muy probable que no coma o que vomite. Del mismo modo, algunas hembras pueden gemir constantemente mientras dure el proceso, mientras que otras se ocupan de buscar o construir un lecho para parir.

Lo mejor es no intervenir y darle a la madre un ambiente tranquilo y apartado.  Además, apartar a la hembra de su ambiente sólo inquieta a la perra. De esta forma, se puede retrasar el parto y ocasionar incluso la pérdida de la camada completa.

 

2. Segunda etapa

Durante la segunda etapa del parto canino, las contracciones uterinas se tornan más fuertes. En esta fase los sacos de agua avanzan hasta la placenta llegando algunas veces  a romperse.

Es posible, que algunas placentas sean expulsadas después de cada cachorro. Sin embargo, otras perras expulsan a los cachorros envueltos aún en sus placentas. Es de suma importancia confirmar que haya tantas placentas como cachorros.

 

 

En algunas ocasiones, pueden nacer dos o tres cachorros antes de que aparezcan las placentas. Si ella lo quiere, deja que se coma alguna placenta.

Entre cachorro y cachorro se le puede ofrecer a la perra algo de beber como por ejemplo leche tibia. Éstos suelen aparecer cada media hora o cada 10 o 20 minutos, dependiendo del esfuerzo que haga.

La perra, instintivamente, ayudará a quitar la placenta lamiendo a sus cachorros. Asimismo, cortará con sus dientes el cordón umbilical.

Aunque quieres ayudar, es importante dejar que la madre haga esto sola. ¿Por qué? Porque a través de este proceso es que aprende a reconocerlos como suyos. Además, el lamido de la madre estimula a sus cachorros a respirar y mejorar su circulación.

Durante el parto canino, es probable que la madre coma parte de algunas de las placentas. Sin embargo, no permitas que se las coma todas. Lo mejor sería que no se exceda de dos. De otro modo, le podrían ocasionar problemas gastrointestinales.

Si la perra no arranca el saco y lame a sus crías para estimular la respiración, deberás romper el saco, sacar al cachorro y frotarlo vigorosamente con un paño caliente para estimular su respiración.

Asimismo, si la perra no corta con sus dientes el cordón umbilical, ata un trozo de hilo dental o hilo común alrededor del cordón, aproximadamente a 3 cm de distancia del ombligo del cachorro, haciendo un nudo y listo.

 

En ocasiones, la madre puede tomar un descanso durante el parto y pasar hasta cuatro horas dando a luz.

En el caso de que la perra haga esfuerzos durante más de dos horas, y se tiene la seguridad de que hay más cachorros, es necesario llevarla urgentemente a un hospital veterinario. Del mismo modos, se debe  buscar ayuda si la madre puja con fuerza durante más de una hora sin dar a luz a ningún cachorro.

Si se presenta un parto canino de pie se debe tener extremo cuidado. Si no,  es posible que quede la cabeza atorada en el canal de parto y no salga con la próxima contracción.  De ser así, llama inmediatamente a tu médico veterinario.  Él te dará las recomendaciones necesarias. También, puedes ayudar a la perra tirando suavemente al cachorro hacia abajo y hacia atrás con un movimiento en forma de arco, con mucho cuidado porque los perritos son frágiles y se hieren con facilidad.

La presencia de un veterinario en estos casos es importante pues pueden ayudar a la perra suministrando oxitócica y calcio que estimulen las contracciones uterinas. En el caso de que los cachorros sean demasiado grandes para pasar por el canal del parto un veterinario deberá realizar una cesárea de emergencia.

 

3. Tercera etapa 

Una vez culminado el parto canino, cuando todos los cachorros han nacido, la perra entrará en un período que resulta muy confuso para ella.

 

 

¿Qué sucede? Durante esta etapa, el útero se contrae completamente. Esta acción expulsa cualquier resto de placenta, sangre y líquido amniótico. Por esta razón, es normal que la perra tenga un flujo vaginal después del parto. Esta descarga tiende a verse normalmente de color rojizo oxidado o aspecto marrón verdoso.

Si la descarga es como pus, o tiene un olor fuerte el cual pudiese ser un signo de retención de la placenta o infección del útero (metritis), llama a tu veterinario de confianza. La limpieza normal del útero puede durar hasta ocho semanas.

 

 

Ahora, solo queda descansar y, ¡a disfrutar de la aventura!

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