enero
VIEJO MI QUERIDO VIEJO
Por: M.V. Daniel Alejandro Araiz Esquivel / @daaraize
Tratar a un paciente geriátrico a mi parecer es una experiencia magnifica, es una mascota que tiene un sentido familiar que nadie, excepto su familia, sabe lo que significa realmente, y darle la responsabilidad de tratarlo a uno como veterinario es algo de verdad maravilloso.
Los animalitos viejos son idénticos a nuestros abuelos, se vuelven mañosos con el tiempo, refunfuñones y armadores de zaperocos, pero con una energía y un alma de niños que transmite una fuerza de lucha por la vida que los humanos deberíamos aprender de ellos. Una mascota longeva tiene características que si las llevas al plano humano son idénticas, se vuelven lentos; la vida físicamente los va consumiendo en anécdotas y aventuras que si bien puede ser cierto como dicen que los animales no tienen memoria (cosa que a mi parecer si la tienen) van desempolvando los recuerdos con sus amigos humanos que los hacen luchar por seguir disfrutando de la vida.
Un paciente geriátrico es un poco difícil pero fascinante de tratar, y llegan al consultorio muchas veces acompañados con todo el núcleo familiar desde el propietario en sí, hasta la esposa o esposo, hijos y hasta nietos, fue muchas veces la primera mascota en llegar a la casa; en sentido de emociones a la mayoría de los veterinarios cuando tratamos a estos amigos canosos nos cae una responsabilidad que nadie puede explicarse, en muchas ocasiones buscamos o tratamos de camuflarlos ante el ángel que los viene a buscar, puede que lo logremos en cierto modo, pero como médicos no podemos jugar a ser Dios, por más que lo intentemos.
Tengo en lo particular muchas anécdotas con pacientes geriátricos, ya que, como médico veterinario naturopata llegan a mi consulta, pacientes que buscan de alguna forma, ayuda alternativa, y claro que se puede, pero solo en su tiempo perfecto, sin pasar por encima del contrato divino que se hace entre los seres vivos y él creador.
Generalmente lo que tratamos de hacer como clínicos es darles calidad de vida, dentro de los rangos que el paciente presente, por eso siempre recomiendo un chequeo preventivo desde que son cachorros, sea el animal que sea para detectar a tiempo si existe algún mal o no.
Uno como veterinario se involucra tanto con la vida de los pacientes que cuando ya son viejos y se van a jugar entre las nubes, nos afecta tanto que siempre decimos que nos gustaría haber hecho más.
El cuidado de una mascota abuelo(a) es sencillo, es tratarlos como si nada (claro sin excesos como cuando era cachorro), darle una alimentación balanceada por sugerencias de su médico, mantener una higiene dental, baños y paseos frecuentes, y darles el mayor amor del mundo ya que multiplique la edad de la mascota al infinito y eso es igual al amor que ellas le dieron a su propietario desde el momento en que fueron adquiridas. Algo muy importante es el lenguaje corporal de las mascotas, debemos aprender su forma de comunicación, ellas nos dirán con solo una mirada si algo está bien o está mal; es importante conocer a nuestras mascotas ya que son parte de nuestra vida, al igual que nosotros somos parte de la vida de ellas.
Energéticamente un animal que lleva tantos años con una persona, no es que se parecerá a su dueño, es que será exacto a su propietario y posiblemente tendrá las mismas dolencias que su protector. En ocasiones nos traen animales viejos que los quieren poner a dormir su sueño eterno, o que los abandonan por que ya son inservibles como me lo han dicho en muchas ocasiones, y recomendación es que se vean y piensen en que uno también llega a esa edad, y que podemos ser material de desecho para nuestros hijos, así que piensen en eso antes de tomar ese tipo de decisiones.
Si tiene una mascota que está entrando en edad avanzada también es bueno buscarle un compañero de juego, sin desplazarla a la antigua, así se crea un nexo de fraternidad y amistad, eso estimulara a nuestro viejo y lo ayudara a ser mas joven. Disfruten a sus viejos, que ellos los disfrutan a Uds. y denles a nuestras mascotas la calidad de vida que ellas merecen, debemos aprender más de ellos.
“En el amor desinteresado de un animal, en el sacrificio de sí mismo, hay algo que llega directamente al corazón del que con frecuencia ha tenido ocasión de comprobar la amistad mezquina y la frágil fidelidad del Hombre natural.
Dr. Daniel Alejandro Araiz Esquivel
Médico Veterinario/Acupuntor/Bioenergético/Homeópata
Telf. 0414-684.56.53/0212- 5510856
Trabajo en la clínica DogtorVet
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